FLOGGERS: ¿SON BOLUDOS O SE HACEN?
Son blanco de constantes agresiones, los adolescentes de otras "tribus" urbanas dicen detestarlos y a diario reciben insultos de quienes rechazan su glorificación de la imagen y su afán de notoriedad: tras la muerte de un joven en el pueblo de Las Tapias, en Córdoba, golpeado sólo por flogger , crece el temor a la estigmatización social de este grupo juvenil. Qué hay detrás de este rechazo y por qué la floggerfobia comienza a ser motivo de preocupación.
Abrimos el Debate..continuara..El Grupo de Pelotudos que entrevistamos Ignacio no parece un flogger, pero lo es. Desapareció el flequillo largo peinado sobre la cara y su ropa es de una monocromía que no coincide con el "uniforme" colorido que caracteriza a la tribu adolescente a la que dice pertenecer.
"Después de lo de Córdoba, mi vieja me obligó a cortarme el pelo, y como lo tengo ondulado, no me queda bien, ahora parezco un pelotudo", se excusa.
Lo de Córdoba a lo que alude Ignacio no es otra cosa que la muerte de Joel Guillermo Cáceres, el joven que el 21 de diciembre pasado murió a la salida de un boliche en la localidad cordobesa de Las Tapias, luego de ser golpeado por su condición de flogger .
Este hecho -por su desenlace el ejemplo más dramático de la intolerancia que muchos floggers padecen de manera cotidiana- está lejos de ser el único caso de agresión o discriminación contra este grupo que, coinciden adolescentes y especialistas, se ha convertido en el blanco preferido de las burlas, los insultos, los escupitajos con intimidaciones físicas y verbales de otros jóvenes, es como un deporte nacional “bardear al floggers”
Los floggers se hicieron conocidos para el gran público a partir de las peleas -no siempre buscadas por ellos- en que se trenzaron algunos de sus miembros con integrantes de otras tribus urbanas en las escalinatas del shopping Abasto. Pero entonces, en septiembre pasado, las agresiones se distribuían en forma más o menos equitativa entre los distintos grupos. Hoy, en cambio, hay una creciente preocupación entre jóvenes y especialistas de que los floggers se hayan convertido en el chivo expiatorio preferido de otros jóvenes.
Cumbio la reyna de los pelotudos
Las señales de intolerancia comienzan incluso a ser materia de exportación. En estos días puede verse en Punta del Este, frente a La Mansa, un enorme graffiti con la leyenda "Floggers putos". Otro graffiti puede verse en González Catan, frente a La Estación, que dice “Aca los floggers le hacemo el Horto”.En ese contexto, no es de extrañar que la comunidad flogger haya comenzado a tomar ciertas precauciones: ahora prefieren organizar salidas grupales (un flogger sólo es presa fácil, admiten ellos) y muchos optaron por un perfil más reservado. "A veces uno lo hace más que nada presionado por sus viejos, que como tienen miedo nos piden que evitemos salir muy producidos", explica Joaquín (14), que es flogger desde hace más o menos un año.
Con él están Ignacio (15), quien reconoce que se agarra a las piñas casi a diario para defenderse de algún tipo de agresión, y Julián (16), quien recuerda un episodio ocurrido un par de semanas atrás. "Íbamos caminando por el estacionamiento del supermercado Jumbo de Unicenter y nos cruzamos con un grupo de negros (sic). Y uno de ellos dijo: "esos son floggers , vamos a pegarles". Ellos eran más, así que si no salíamos corriendo, nos cagaban a piñas", dice con impotencia.
El adolescente asegura que su caso no es excepción. "Estoy lleno de amigos que padecen este tipo de cosas todo el tiempo. Por ejemplo Gonza, uno de mis mejores amigos, al que hace pocos días le robaron todo en Carapachay y le dijeron que era por ser flogger. Unos días antes, estábamos con él en una fiesta y, de la nada, vino un flaco que era skinhead y le empezó a pegar. Lo más loco es que nadie nos ayudó y la dueña del lugar nos pidió que nos fuéramos sólo a nosotros."
¿Floggerfobia?
María José Hooft, autora del libro Tribus urbanas , cree que hay motivos para la preocupación y desliza un término inquietante: floggerfobia . La palabra deriva de un término que circuló por México hace un año: emofobia, que aludía a una serie de incidentes que tuvo a los integrantes de otra tribu urbana, los emos, como protagonistas y víctimas. En marzo del año último, miembros de otros grupos se organizaron vía Internet para boicotear sus reuniones y agredirlos en varias ciudades.
Para reforzar su idea, Hooft enumera algunos de los mensajes que circularon por aquí en la Red después de la muerte de Cáceres: "Hay que matarlos a todos como cucarachas", "Haga patria, mate a un flogger " o "La revolución no usa chupines" fueron algunos.
Pero, ¿por qué los floggers y qué hay detrás de esta agresividad de la que parecen ser objeto?
"Los floggers son, generalmente, receptores de violencia. La incitan, al menos de manera inconsciente, son muy pelotudos en la mayoria de los casos lo que generan irritación. Su apariencia los presenta como seres que viven en un mundo feliz, sin grandes preocupaciones, muy puto y hedonista, y con un nivel socioeconómico supuestamente elevado. Todas estas características son interpretadas como una provocación por algunos miembros de otras tribus juveniles, como los cumbieros, y también por ciertos grupos marginales", explica Hooft.
Otro caso es del Tomás (17 años) "Antes era flogger , pero por la imagen. Es que soy tarjetero de un boliche (Abadía) y eso te da más levante. Pero en realidad yo vivo en Munro, en una zona llena de villas. Soy amigo de villeros que, conmigo, todo bien. Pero que si ven a un flogger son capaces de robarle, molestarlo o hacerle algo."
El caso de Lucas, mejor conocido como "Mmuza", es peculiar. Se presenta como un ex flogger . "Dejé de usar el Fotolog como antes, después de un día en el que estuve muy viciado con el tema (sic). Tengo amigos que no salieron durante todo el verano pasado por estar con la compu." En el momento de la entrevista, el último posteo de fotos de Mmuza había sido el día anterior. Allí se lo puede ver con un amigo, posando con el pelo revuelto, al mejor estilo de un modelo.
Muy cerca de ellos, Lucía, de 17, ofrece otra muestra de intolerancia cuando recuerda que hace pocos días empujó a una flogger, a pesar de no tener motivo alguno para hacerlo. "Los odio, no sé muy bien por qué. Pero los veo y me dan ganas de pegarles. Ellos se quedan en el molde y no se defienden. Entonces da para pegarles", cuenta.
De todas maneras, para la titular del Inadi, María José Libertino, está más que claro lo que pasa con estos jóvenes. "Creo que estas disputas no están muy lejos de otros casos de discriminación, tal vez, más naturalizados en nuestra sociedad, como cuando los de la platea les gritan "villeros" a los de la popular."
Y agrega: "El verdadero problema aquí no son los floggers ni los villeros, sino lo que tiene que estar pasando en el mundo adulto, la poca contención que les estamos brindando a nuestros jóvenes, para que esto llegue a la gravedad de una muerte".
Nota: F.P "Casos que estremecen a los Argentinos"