En el circuito paralelo, por ahora, sólo las iglesias no cobran comisión para entregar las monedas que recaudan en sus alcancías. La mayoría de los bancos sigue haciendo oídos sordos a la normativa del Central que los obliga, desde fines de septiembre, a canjear 20 pesos en moneda como mínimo a cualquier mortal, sea o no cliente. La única solución “legal” es hacer las largas colas en las estaciones de Retiro, Once y Constitución, para conseguir tan sólos unos míseros 20 pesos en metal. Aunque está prohibido, algunas terminales de colectivos hacen su negocio. Al igual que los “arbolitos” que por una comisión de dos pesos, cada diez que cambian, ofrecen monedas al lado de diferentes terminales a lo largo de la Panamericana. Mientras tanto, apenas cinco bancos han sido sancionados por el Banco Central, por no dignarse a entregarlas: Nación, Provincia, Ciudad, HSBC y Santander Río recibieron multas de 10.000 pesos. Otras 10 entidades tienen sumarios abiertos y esperan su condena. En todo el 2007, circularon 463 millones de monedas en el sistema financiero. Pese a que en el 2008 la cifra ascendió a los 524 millones, no alcanzan. La transportadora de caudales Maco, sigue en la mira. En octubre pasado fue allanada por orden judicial y le incautaron 13 millones de monedas, una altísima cifra, teniendo en cuenta que la Casa de la Moneda acuña sólo dos millones diariamente. Pero sigue la escasez.
Lo peor es que esto genera un aumento de precios injustificado en algunos productos. Nos vemos obligados a redondear las cifras por no poder dar el vuelto. Falta la decisión política de crear tarjetas electrónicas para el pago de los boletos, o sera que para alguien no es negocio?.
Sin solución a la vista, viajar sigue siendo una odisea.