Consejos de especialistas.
Pese a ser un festejo importado, San Valentín no deja de tener seguidores en la Argentina: flores, bombones, viajes, cenas románticas, regalos eróticos para compartir en la intimidad... El marketing hizo del 14 de febrero una fecha de festejo casi obligado entre los enamorados. Pero, ¿qué hay de los que no tienen una media naranja con la cual compartir nada de nada?
La psicoanalista Mónica Cruppi, miembro de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA) y especialista en temas de pareja, que los solteros deben pasar el Día de los Enamorados “aceptando el estado en que están”. Es que, según la especialista, “al no aceptar la condición de cada uno, esa insatisfacción genera ansiedad o angustia, que no permiten disfrutar de lo cotidiano o el buen vivir”.
“El estar solo es positivo, no tiene por que tener una connotación negativa. Hay que resistir el tema de la presión social, pensar en lo positivo y no estar obsesionado con lo que no se tiene. La soledad sirve para verse uno mismo, realizar asignaturas pendientes, disfrutar de los amigos, de la familia, aprovechar para viajar... La condición humana tiende a pensar que lo que el otro tiene es mejor, entonces idealiza otras situaciones. Hay que evitar eso para evitar melancolizaciones u obsesiones”, advierte Cruppi. Y agrega: “Nada es eterno, los estados mutan, y por ello nadie se va a quedar eternamente solo. No hay que obligarse a estar con alguien sólo para no estar solo. Hay que respetarse uno mismo”.
Se estima que en la actualidad 1,7 millones de personas entre 25 y 40 años viven solas en la Argentina, lo que equivale al 17% de los hogares del país , según datos otorgados por 10 en 8. En 1960, eran el 7% y en 1980, el 10%. Las proyecciones, por caso, son menos alentadoras: en 2010 se espera que sean el 22% y en 2025, el 25%. Si se amplía el rango de edad hasta los 60 años, el porcentaje pasa de 17% a 24% de personas que viven solas; es decir, tres millones.
La psicoanalista Mónica Cruppi, miembro de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA) y especialista en temas de pareja, que los solteros deben pasar el Día de los Enamorados “aceptando el estado en que están”. Es que, según la especialista, “al no aceptar la condición de cada uno, esa insatisfacción genera ansiedad o angustia, que no permiten disfrutar de lo cotidiano o el buen vivir”.
“El estar solo es positivo, no tiene por que tener una connotación negativa. Hay que resistir el tema de la presión social, pensar en lo positivo y no estar obsesionado con lo que no se tiene. La soledad sirve para verse uno mismo, realizar asignaturas pendientes, disfrutar de los amigos, de la familia, aprovechar para viajar... La condición humana tiende a pensar que lo que el otro tiene es mejor, entonces idealiza otras situaciones. Hay que evitar eso para evitar melancolizaciones u obsesiones”, advierte Cruppi. Y agrega: “Nada es eterno, los estados mutan, y por ello nadie se va a quedar eternamente solo. No hay que obligarse a estar con alguien sólo para no estar solo. Hay que respetarse uno mismo”.
Se estima que en la actualidad 1,7 millones de personas entre 25 y 40 años viven solas en la Argentina, lo que equivale al 17% de los hogares del país , según datos otorgados por 10 en 8. En 1960, eran el 7% y en 1980, el 10%. Las proyecciones, por caso, son menos alentadoras: en 2010 se espera que sean el 22% y en 2025, el 25%. Si se amplía el rango de edad hasta los 60 años, el porcentaje pasa de 17% a 24% de personas que viven solas; es decir, tres millones.