9/2/09

MEMORIA: "El hito del programa de TV "Cuestion de Peso" sigue sin aplicarse en el país la ley de lucha contra la obesidad!"



A pesar de haber sido sancionada hace casi siete meses, la ley de prevención y control de trastornos alimentarios, más conocida como de lucha contra la obesidad, sigue sin aplicarse porque el Poder Ejecutivo demora la reglamentación de la norma.
Las consecuencias de esta demora perjudican a más de un millón de argentinos que sufren de obesidad mórbida, que se ven imposibilitados de acceder a los tratamientos terapéuticos que les permitan combatir esa enfermedad y que, según establece la ley 26.396, las obras sociales y prepagas debían cubrir de manera gratuita e integral.
Pero no sólo las personas obesas son el universo perjudicado por la desidia del poder administrador en hacer efectivos los alcances de la ley. También lo sufren miles de jóvenes y adolescentes afectados por la bulimia y la anorexia, trastornos cuya cobertura también están contemplados por la norma.
Por lo pronto, esta situación ha hecho que varias personas hubieran tenido que accionar judicialmente para hacer cumplir la ley sancionada por el Congreso el 13 de agosto último.
"Sé que hay una comisión técnica que está trabajando en la reglamentación, pero hay una demora importante que es producto de intereses contrapuestos", afirmó a LA NACION el diputado nacional Juan Acuña Kunz (UCR-Santa Cruz).
Esa comisión es un grupo interdisciplinario que desde septiembre hasta la fecha se ha reunido en cinco oportunidades -la última, la semana pasada-, y que viene trabajando en el ámbito del Ministerio de Salud. Fuentes de esa cartera le aseguraron a este diario, pidiendo reserva de su nombre, que es inminente la elevación a la ministra Graciela Ocaña de un borrador del decreto de reglamentación.
En diálogo con LA NACION, el doctor Alberto Cormillot, uno de los impulsores de la sanción de la ley, confirmó el trabajo realizado hasta la fecha por esa comisión, que integra junto a organizaciones profesionales médicas, representantes del ámbito de la educación, de los prestadores y de la industria alimentaria, entre otros sectores.
"Se está trabajando", precisó el especialista, aunque reconoció que el hecho de que aún no se haya reglamentado hace que "la ley no esté funcionando en plenitud.
Según coincidieron en señalar algunos de los actores involucrados en el debate, la demora en la reglamentación es el resultado de intereses económicos cruzados. Por una parte, las obras sociales y las prepagas se resisten a incluir la cobertura de los tratamientos sin recibir a cambio la autorización del Poder Ejecutivo para aumentar sus cuotas.
"Las obras sociales dicen que el sistema va a colapsar, pero es mentira", afirmó Acuña Kunz, con lo que rechazó el argumento de que con la aplicación de la ley se abrirá la puerta a la realización en masa de costosas operaciones quirúrgicas para combatir la obesidad mórbida, como el cinturón gástrico. "No va a haber un aluvión de operaciones", agregó.
Además, el legislador alertó sobre las consecuencias que sobre la aplicación de la ley de prevención de los trastornos alimentarios podría traer aparejada la posibilidad de que el Poder Ejecutivo decida impedir el traspaso entre obras sociales. "Esto va a dar motivo a que las prepagas no cubran los tratamientos, porque van a argumentar que no van a poder cubrir los costos ya que no van a poder sumar nuevos afiliados", precisó. Presiones
La otra cara de las presiones involucradas en este tema es el de la industria alimentaria, en particular la de harinas y bebidas gaseosas, que sigue poniendo reparos a la aplicación de controles y advertencias sobre las consecuencias nocivas para la salud de sus productos.
Una primera muestra del poder de presión del sector fue el veto parcial que la presidenta Cristina Kirchner aplicó a los artículos de la norma que obligaban a exhibir leyendas en sus productos alertando sobre las consecuencias de su consumo.
Cormillot, en tanto, prefirió mostrarse más cauto y priorizó la puesta en marcha de los alcances de la legislación en el menor tiempo posible. "Hoy, a las obras sociales les conviene que haya una ley funcionando, porque cuando esto se judicializa es peor", advirtió.
Si bien el hecho de que la comisión interdisciplinaria casi haya finalizado su trabajo es un avance, todavía faltará mucho camino por recorrer para hacer efectiva la ley, ya que el texto reglamentario deberá ser aprobado por la ministra Ocaña y, después, elevado al Poder Ejecutivo, que deberá darle la luz verde definitiva.
Y en este sentido, las señales no son alentadoras. La ley de protección de los bosques nativos lleva más de un año sin ser reglamentada en sus aspectos sustanciales por la presión de intereses privados que se escudan detrás del temor de varias administraciones provinciales de ver afectadas sus economías regionales.

La magia del Photoshop juega con Susana Giménez


Espléndida y vestida de blanco, la imagen de Susana Giménez se recorta en la tapa de su revista homónima, llena de luz y con su pelo rubio clarito y lacio sobre los hombros. Maquillaje liviano, los labios bien delineados y un traje entallado que acentúa su cintura y pone en evidencia su escote completan el look de la diva para el quinto número de su revista.

Pero en la tapa de la revista Semanario, la conductora aparece com el pelo ligeramente más desaliñado, y con un look diferente: un vestido menos favorecedor que deja en evidencia una cintura un poco menos pronunciada y un escote menos provocador que la que apareció en Su revista, y vuelven a aparecer los pómulos en su cara y una ligeras sombras en las comisuras de sus labios, que habían sido suavizados -o disimulados- en la otra tapa.

Parece drástico el cambio de apariencia, sobretodo porque entre una publicación y otra hay dos meses de diferencia. ¿Una cuestión de buena iluminación? ¿Un abuso de edición? Y lo que es más importante: ¿Cuál será la verdadera Susana?

Pipo conforme: "El equipo jugó a la altura de la historia de River pero logramos un resulta de un equipo de la B"



El entrenador de River, Néstor Gorosito, manifestó después del empate ante Colón que sus dirigidos estuvieron a la altura de la historia del club de Núñez y se mostró satisfecho por su rendimiento.
"El equipo me respondió como yo quería, jugó a la altura de la historia de River pero logramos un resulta de un equipo de la B, igual atacamos siempre, brindándose por el espectáculo, para ganar mayor rating en la televisacion", comentó Gorosito en conferencia de prensa.
"Durante el partido tuvimos situaciones de gol con Buonanotte, otra llegada donde el arquero Pozzo atajó en dos jugadas seguidas. No fue lo anímico lo que afecto a los jugadores, ni ninguna descompostura estomacal, sino más bien un remate de 40 metros que se metió en el ángulo y eso alteró en dos veces el resultado", agregó. Una vez consumado el empate con sabor a derrota muchos le apuntaron al arquero Marcelo Ojeda por los goles, pero el técnico lo defendió. "La verdad es que los goles no fueron por la culpa de Ojeda. A esos tiros no los ataja nadie porque fueron al ángulo. Y no es porque estuvo adelantado", comentó. Nuevamente la gente de River enarboló como bandera de protesta el grito por Ariel Ortega, quien se sabe por su problema personal y su falta de estado hoy está lejos de poder ser el salvador del equipo de Núñez, teniendo que no puede hacerlo en un equipo de la B Nacional como Independiente Rivadavia de Mendoza. "Ariel (Ortega) es un emblema, el último gran ídolo de River. Creo que está junto al 'flaco Enzo' (Francescoli), el 'Beto' (Alonso). O podemos decir que están Enzo y el 'Beto' y un poco más abajo Ortega. Por eso la verdad es que esta bien su reconocimiento constante de parte de la gente", dijo Gorosito cuando se le mencionó al "jujeño". El técnico de River hizo debutar un juvenil, Daniel Villalba, asegurando que tienen muchas esperanzas depositadas en él. "La verdad es que Daniel (Villalba) le va a dar muchas satisfacciones al hincha de River. Nosotros con el cuerpo técnico tenemos muchas esperanzas depositadas en él. Tiene un buen trato de la pelota y es muy inteligente, no se llevo ninguna materia en la escuelita riverplatense", concluyó.

Descontrol, divino tesoro


La temporada estuvo marcada por excesos y peleas de jóvenes. Hubo un muerto y decenas de heridos. Pero debajo del escándalo hay una trama tan inescrupulosa como redituable: funcionarios, boliches, alcohol y alquileres truchos. Quiénes se esconden detrás de este fenómeno en las playas argentinas.

Arriba todo el mundo que esta no es hora de dormir. Vamos todos a la playa que el día está buenísimo”, grita un grupo de chicos a las nueve de la mañana frente a los edificios que dan sobre la Avenida del Mar, a escasos metros de la avenida Bunge, en el centro de Pinamar. Ellos no durmieron. Y eso no es novedad. Verano tras verano los diarios se cubren de las principales preocupaciones de quienes pasan sus vacaciones en la costa atlántica. Si la temporada pasada la escalada de robos a turistas fue la noticia-vedette, este año la indignación de los veraneantes se centró en los episodios de violencia entre los jóvenes.Cuando José Luis Frano, de 23 años, apareció degollado a la salida de un boliche de San Bernardo producto de una discusión con otros jóvenes por una cerveza, los vecinos salieron a las calles a exigir justicia y más seguridad. Desde hace años, desde la entrada de la Ruta 11 hasta el centro de San Bernardo hay que atravesar primero por la zona de las discotecas. Lo que marca una oferta turística dedicada a los jóvenes, si se toman en cuenta la oferta inmobiliaria orientada a ellos, más los locales de comidas rápidas, los bares donde sólo venden cerveza con maní o clericó de vino blanco –por cierto– de muy mala calidad. Cruzar la plaza principal, que comunica al centro con la zona de los boliches en horas de la madrugada, puede ser una odisea o el escenario ideal de inusitadas peleas entre grupitos de chicos. Paula Cocchi tiene 22 años y veranea desde hace seis en San Bernardo. “Fue un descontrol. Vi pibes borrachos en la playa o tirados en la calle a las seis de la tarde. A la noche era imposible dormir porque las peleas y corridas eran constantes. Se tiraban con bolsas de basura, con botellas, con lo que tuvieran a mano. Pero lo que más me sorprendió es que vi a muchos pibes solos, comiendo en las veredas, durmiendo en las playas”, cuenta.
Leitmotiv. Pinamar suele ser el punto preferido de los jóvenes de clase ABC1. Durante enero copan las playas, las calles y los complejos bailables de lo que en verano parece una ciudad aunque no sea más que un pueblo acostumbrado a recibir 400 mil turistas en un mes. Un escenario glamoroso pero en el que la violencia se desata en pleno centro, a cualquier hora y a la vista de todos.Este año todo empezó con una batalla campal: dos grupos de unos diez jóvenes por bando empezaron a las piñas y terminaron con piedras y botellazos. El escándalo de la violencia juvenil y el descontrol en las playas, versión 2009, había comenzado. Pero nadie se detuvo a mirar qué había detrás de tanto “hormonazo” incontenible en las arenas bonaerenses. La Policía de la Provincia de Buenos Aires, envuelta en la eterna sospecha de su maldito pasado, recargado en el presente con el caso Bergara, no es confiable. Los resultados a la vez lo avalan: un muerto y decenas de heridos en lo que va de la temporada no hacen más que confirmar que la prevención no es el fuerte en el accionar de los “patanegras”. La misma observación les cabe a los funcionarios municipales. Esto sucede en sus calles, en sus noches, en sus playas. Y se sabe que el negocio de la omisión, el dejar hacer, puede ser muy redituable. Un circuito que no deja afuera a los propietarios que quieren dar el manotazo alquilando sus departamentos a quien sea, sin imponer demasiadas restricciones. El verano pasa rápido. Hay que facturar. Y la voracidad es riesgosa. Ahí están los ejemplos.Una botella de cerveza cayó desde un primer piso y le partió la cabeza a José Luis Martín. Ocurrió a las 7 de la mañana del 29 de enero, cuando el joven de 19 años iba hacia su trabajo de barrendero municipal. Quedó en estado de coma durante más de 60 horas. Ningún efectivo policial estuvo en el lugar. Los sospechosos eran tres jóvenes, dos cordobeses y uno de Santa Fe, que minutos después huyeron del departamento que alquilaban. Hasta el cierre de esta edición había un solo detenido y la policía elaboró un identikit del presunto autor material que está siendo buscado por las distintas localidades del Partido de la Costa.Los agentes inmobiliarios de Pinamar tienen su versión. Dicen que por regla general no alquilan departamentos o casas a grupos de chicos y chicas. La titular del estudio inmobiliario Paz Casas Cuevas, Mirtha Tavarez, se espanta si le nombran la palabra jóvenes: “Nosotros sólo alquilamos a gente mayor o familias. Tratamos de detectar mediante el tono de voz si los que llaman son chicos. Los que aprueban la llegada de los chicos son los padres y los que habitan son grupos de diez adolescentes en un departamento para cinco”. Tavarez apunta: “Los culpables son los padres y los dueños de propiedades que alquilan por su cuenta”. La fría letra del reglamento de la Cámara Inmobiliaria Argentina señala que todo locador o propietario tiene el derecho de alquilar su propiedad a quien crea conveniente. Clarísimo. Pero ¿quién controla?El reparto de culpas tampoco es nuevo. Aun con la complicidad de los padres o mediante los artilugios que pintan de cuerpo entero a buena parte de la sociedad argentina, los departamentos son la trinchera de los jóvenes y la ganancia de los propietarios, que amparados en la preocupación apocalíptica por la crisis financiera no dudaron en cerrar contratos de alquiler con cualquiera.Jorge Kelman, vecino de Pinamar, narra lo que le pasó a su madre de 75 años cuando lo llamó un domingo muy temprano para preguntarle si lo que estaba viendo frente a su departamento era una escena de Federico Fellini: “Estaba regando las plantas a las ocho de la mañana y en el balcón de enfrente vio a un joven que estaba desnudo y gritándoles a sus amigos que lo dejaran entrar para ir al baño. Primero lo vio vomitar y a la media hora le pasaron un balde desde adentro para que hiciera sus necesidades. Muchos padres tienen casas en Cariló y con tal de no aguantar a sus hijos les alquilan un departamento en el centro de Pinamar para que hagan lo que quieran”. ¿Vale aclarar que no cualquier hijo de vecino alquila un dos ambientes por estas playas donde un mes cuesta un promedio de 8.000 pesos? Eso sí, los papis duermen tranquilos acunados por la calma del bosque cercano.El director del Foro de Seguridad de Pinamar, Jorge Van der Ghore, no se asusta de nada: “Esto viene ocurriendo hace rato. Es un síntoma de toda la sociedad. Pero este verano el descontrol explotó. La salida del boliche es como la salida de una cancha. Hablo de cuatro mil chicos alcoholizados que salen en masa a las siete de la mañana. El Estado tendría que hacer responsables a los padres de las acciones de los chicos. Basta de padres cómodos. Cuando les toquen el bolsillo para pagar los daños causados por sus hijos, todo se va a calmar. Sin embargo, me da la sensación de que cuando el verano termina, las autoridades municipales y nacionales se olvidan de todo hasta el verano que viene”.Carlos Mariano, gerente del Apart Hotel Amerida, resume todo en el refrán popular “pueblo chico, infierno grande”. Explica: “Los edificios que están frente al stand de Toyota en la avenida Bunge y los de la calle Jonás entre Cílcides y Simbad el Marino, se ofrecen exclusivamente a los adolescentes y jóvenes. Las instalaciones son escasas y los muebles son indestructibles, de madera de algarrobo. De esa forma se aseguran alquileres por toda la temporada y pocos dolores de cabeza. Los que hacen esto son dueños particulares”.El viernes 30 de enero, a la salida de la disco Ku-El Alma, de Pinamar, Jorge Vallejos, de 29 años, fue herido en el estacionamiento del complejo bailable. Vallejos salió en defensa de su amiga –una modelo brasileña– cuando un grupo de colombianos, mayores de treinta años, que estaban a bordo de una camioneta BMW X5, la trataron de prostituta. Vallejos fue atacado por la espalda con un elemento punzante cuando se iba hacia su auto. La herida fue superficial, el susto no.El fiscal de Dolores, Diego Bensi, asignado a la fiscalía de Pinamar, es elocuente: “Sorprende que las peleas se hayan caracterizado por el uso de armas blancas y que los autores sean turistas. El grado de violencia se ha incrementado notablemente y varios casos terminaron con lesiones graves”, explica.Delivery y DNI. Todo lo que pasa entre los adolescentes durante el invierno se potencia en verano. Los delivery de bebidas las 24 horas son un negocio redituable montado por los mismos chicos o por habitantes de la zona. Pablo T. anduvo de gira por Mar del Plata y Pinamar junto a tres amigos durante la segunda quincena de enero. El trajín lo dejó exhausto. Desde sus 20 años, pide un requisito para hablar: “No me escraches con el apellido”; luego reconoce: “Alquilamos un depto en Pinamar y después nos fuimos a Mar del Plata a pasar unos días. Ahí dormíamos en la playa cerca del Faro, les dábamos plata a los carperos para que nos dejaran un par de horas. Para comprar alcohol hacemos lo mismo de siempre, o falsificamos un documento o llamamos al delivery de bebidas que viene al toque”. Una voz experimentada para hablar sobre el comportamiento de los jóvenes es Gustavo Palmer, DJ y socio de la disco Ku-El Alma, de Pinamar: “Los chicos se emborrachan en los bares que venden cervezas a 10 pesos mientras que nosotros las tenemos a 40 pesos. A los bares de público adolescente no se les exige el cumplimiento de la ley 12.297 que pesa sobre los boliches, que cuentan con personal de seguridad capacitado mediante un previo análisis psicofísico, que debe ser homologado en la comisaría de la zona y en la provincia de Buenos Aires en diciembre. Es necesario eliminar las botellas de vidrio por las latas. Persisto con la idea de reglamentar el control de alcoholemia al ingreso de la disco. Tengamos en cuenta que los jóvenes consumen alcoholes de muy baja calidad. El Ministerio de Salud de la Nación tendría que sacar de la venta las bebidas que no tengan menos de cuatro destilaciones. Eso encarece los costos y restringe el consumo. Mientras tanto compran en el supermercado y a las once de la noche arrancan a tomar y entran a la disco a las tres de la mañana en un estado calamitoso”.–Pero cuando los pibes llegan a los boliches ebrios, ¿por qué los dejan entrar?–Cuando los detectamos no entran. Nosotros somos muy rigurosos con eso como con el ingreso de menores de edad, pero los chicos falsifican o adulteran documentos todas las noches. En enero hubo muchos incidentes producto de la gran cantidad de chicos, la seguridad no dio abasto.El estado “calamitoso” de los pibes que describe Palmer tiene al amanecer su correlato más trágico. Vivian Perrone, de la asociación Madres del Dolor (ver columna), señala: “Es muy común que al salir de bailar, a las 6 o 7 de la mañana, los chicos se vayan a las playas y se metan al mar muy cansados o habiendo bebido demasiado”. Y agrega que desde que empezó la temporada “entre siete y diez jóvenes menores de 23 años murieron ahogados en el Partido de la Costa”. En la mayoría de los casos, los hechos habrían sucedido entre las 6 y las 9 de la mañana, horario en que aún no hay guardavidas en los balnearios.Otro capítulo es el de los DNI truchos. En verano –también en invierno– los menores sacan a relucir sus dotes de falsificadores, o no tanto por cierto. Los documentos adulterados o sus meras fotocopias muestran más la falta de control de los adultos que la “picardía” de los chicos por sumarse unos años para ingresar a un boliche. Todos saben que eso sucede. Pero nadie lo quiere ver. Por la noche todo se vuelve laxo.La fiebre juvenil en las playas comenzó a aflojar recién a principios de febrero, cuando la gran masa de adolescentes volvió de sus vacaciones, y el intendente del Partido de la Costa, Juan Pablo de Jesús, atendió el reclamo de los vecinos de San Bernardo y reconoció las fallas en los controles e inspecciones en los lugares donde se vende alcohol en forma indiscriminada. Resolvieron aumentar los controles en los comercios e incorporaron ordenanzas para multar a los consorcios y a los padres de los menores. Para este año, ya suena tarde. Otro ejemplo de la tardanza sucede en Pinamar: las autoridades policiales cambiaron las directivas impartidas durante enero, enfocadas en la seguridad de las casas, y reorientaron los controles en la zona céntrica y en la puerta de los boliches. Curioso. En febrero, por ejemplo, el complejo Ku-El Alma cierra sus puertas durante la semana y sólo abre los viernes y sábados.El negocio del descontrol ya sumó sus dividendos.Hasta el verano que viene.
nota: Ventitres
Por Lucas Cremades (desde Pinamar)