El caso extremo y emblemático del fan loco es el asesino de John Lennon. Después vienen los acosadores y esquizofrénicos varios que suelen asediar o meterse en las casas de sus ídolos. Ahora acaba de aparecer una nueva categoría y quien la sufre es nada menos que Enrique Iglesias: después de haber invitado al escenario a una de sus fanáticas durante un concierto en Dublín, los padres de la menor analizan demandarlo por “el alto contenido erótico de la presentación” y por “la obsesión que despertó” en su hija el contacto con el músico.
Todo sucedió dentro de la estructura habitual de los recitales del hijo más famoso de Julio Iglesias, en una de las fechas de diciembre de su gira europea: en un momento invita a subir a una de sus fans y la besa en la boca. Después la acaricia y la abraza, mientras le canta al oído una de las tantas canciones lentas y románticas de su repertorio. Todo prácticamente guionado e idéntico en toda la gira.
