
Era de esperar. El calor en la Ciudad de Buenos Aires no deja lucir todo el “ glam” que estos chicos poseen. Sus estilistas amigos se lo avisaron y ellos, rápidos como cámara de fotos de última generación, salieron disparados para lugares con clima más reconfortante. El lugar elegido es San Bernardo, en la costa atlántica bonaerense. Una playa que otrora fue un reducto familiar por excelencia, es hoy una gran pasarela teen en donde se lucen los peinados, pantalones ajustaditos al cuerpo (chupines) y anteojos de sol disparatados, que durante el resto del año desfilan por el Shopping Abasto. Al son del electro (la música que con tanta pasión bailan los integrantes de este nuevo subgrupo social), ocupan por unas horas las atiborradas playas de este concurrido balneario.
Por las noches, los floggers-turistas se congregan en la peatonal Chiozza, en cuyos videojuegos se quedan jugando hasta las 2 al "Pump it up", un juego en el que hay que saltar al ritmo de la música para así ganar puntos. De ahí cierran el reventón en Marathon, el boliche de onda. Las pocas horas destinadas a la playa se debe a los chistes y comentarios socarrones que suelen despertar en el público que, absorto, los miran pasar. Eso sí, la planchita de pelo es un fiel acompañante a toda incursión por la playa, la peatonal o el boliche, de día o de noche.
